París / Londres — 30 de octubre de 2025. En paralelo a los recientes anuncios sobre el comercio de tierras raras entre Estados Unidos y China, agencias internacionales como la OCDE y la IEA emitieron una alerta sobre las implicaciones estratégicas de este nuevo modelo energético-tecnológico, que gira en torno a materiales críticos para baterías, turbinas, semiconductores y tecnologías de almacenamiento. Aunque no hubo una noticia directa de estas agencias el día de hoy, sus recientes reportes complementan las negociaciones en Asia y marcan una tendencia global emergente. Reuters+2Nhan Dan Online+2
De qué va la alerta
Según las fuentes combinadas:
- China aceptó un acuerdo de un año para mantener flujos de exportación de tierras raras, esenciales en la cadena de valor de tecnologías limpias y defensa, tras su reunión con Trump en Busan. Reuters+1
- Las agencias advierten que, si bien esto representa un avance táctico, la estructura de suministro global sigue siendo vulnerable: concentración geográfica, dependencia de pocos países, y riesgo de interrupciones por tensiones geopolíticas.
- Además, el nuevo paradigma “materiales + energía” genera presiones sobre países exportadores, sobre medio ambiente y sobre la necesidad de gestionar cadenas de suministro sostenibles y resilientes.
Impacto global
- Tecnología y defensa: Los materiales implicados (neodimio, disprosio, lantano, entre otros) quedan en el centro de la competencia entre grandes potencias. Esto afecta desde el desarrollo de vehículos eléctricos hasta la producción de radares y misiles inteligentes.
- Energía limpia: La transición hacia energías renovables requiere imanes de tierras raras, turbinas y almacenamiento avanzado; una interrupción en el flujo de estos materiales puede frenar el avance climático.
- Desarrollo y equidad: Países en desarrollo que poseen reservas contemplan un nuevo rol estratégico, pero también enfrentan mayores exigencias de transparencia, sostenibilidad y cumplimiento ambiental.
- Geopolítica comercial: Los acuerdos como el de EE.UU.–China trascienden lo mercantil y pasan a formar parte del nuevo mapa de alianzas tecnológicas y de control de recursos críticos.
Riesgos y desafíos
- Una concentración excesiva de la producción en un solo país (China) expone al mundo a interrupciones graves si se desata una disputa mayor.
- Las externalidades ambientales del procesamiento de tierras raras son grandes: residuos tóxicos, consumo acuífero y efectos locales negativos en comunidades vulnerables.
- Existe la tentación de mercantilizar la transición ecológica, lo que podría generar inestabilidad en países extractivos, explotación laboral o impactos sociales negativos.
- Las políticas de seguridad nacional están cada vez más entrelazadas con el acceso a estos materiales, lo que puede derivar en sanciones, bloqueos o desalineaciones comerciales.
Conclusión
La convergencia de tecnología, energía y recursos críticos configura lo que algunos analistas ya denominan la “era de la materia prima estratégica”. Aunque los titulares se centran en los acuerdos y discursos, el verdadero cambio ocurre en los eslabones de la cadena global: quién controla la extracción, el procesamiento, el reciclaje y el comercio de esos materiales. Para las democracias y las economías emergentes, el reto será convertir esa ventaja geológica en desarrollo sostenible, sin caer en dependencias ni vulnerabilidades.
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